Probablemente hemos normalizado hablar sobre el calentamiento global, el medio ambiente y el reciclaje, ¿pero cuánto sabemos sobre educación ambiental?
El año pasado, tuvimos una gran experiencia en el segundo ciclo al realizar un taller para crear conciencia sobre las medidas de mitigación. Durante este taller, los niños y las niñas se comprometieron a tomar acciones que no solo conmemoren un día, sino que también hagan presente y promuevan hábitos y conductas que favorezcan el cuidado del medio ambiente y la preservación de nuestros hábitats y territorios.

Este año, la cultura del huerto y la sustentabilidad han estado presentes en los alumnos y alumnas del primer ciclo a través de iniciativas y talleres de cultivo, reutilización y optimización de recursos.

No basta con solo celebrar un día o conmemorar un mes en el calendario. Debemos adoptar una forma de vida diferente, más amigable con el medio ambiente. Estas iniciativas solo tienen éxito cuando se refuerzan en cada hogar y se promueve en familia la clasificación de desechos orgánicos, el reciclaje de materiales, la reutilización de plásticos y cartones, el cuidado del agua y la reducción del consumo de electricidad, prescindiendo de luces innecesarias, calefactores, entre otros. Además, es importante depositar tapas de bebidas, compotas de frutas, plásticos, latas, vidrios y cartones en centros de reciclaje.

Pequeñas medidas, como eliminar envoltorios plásticos, reutilizar cuadernos a medio uso, optar por dibujar en lugar de imprimir, entre otras, también son significativas. Sin embargo, necesitamos mucho más, y para enfrentar cada desafío, debemos contar con toda nuestra comunidad. Es hora de que el Día Mundial del Medio Ambiente sea todos los días.

Motivemos a los niños, niñas y jóvenes para que alcancen el futuro que se merecen.